Me aprendí

Debo confesar que buscaba el placer de la embriaguez del mundo ese, que creabas cuando me mirabas

Sólo yo, la espectadora de un mundo onírico que hacías y deshacías con vueltas

Escasas palabras que formaban un extraño modo de saber tu dirección

Nada fallo, porque nada hubo
Me aprendí